Siempre que llegaba la hora de la comida, un grupo de amigos, ejecutivos de una compañía, se encontraban en un dilema: podían ir a una fonda, en donde el menú era barato pero les faltaba sazón, variedad y unas instalaciones más cómodas y agradables, o bien, optar por un restaurante gourmet, en donde podían encontrar platillos más ricos y selectos, mejores instalaciones pero a costa de precios elevados. Ellos buscaban un punto medio, que combinara las instalaciones y el sazón que esperarías en un buen restaurante, con precios accesibles y menú del día. Con esa idea fue que estos amigos fundaron hace casi 20 años, la Casa del Teko; un restaurante en mero barrio de Coyoacán, con platillos mexicanos deliciosos, en un ambiente y decoración agradables y donde no hay que pagar de más.

Al poco tiempo se dieron cuenta que eran muchos los que pensaban como ellos y desde entonces La Casa del Teko ha sido la opción para comer en el día a día de muchos de los que viven en el sur de la Ciudad de México.